La historia de Kim Ung-Yong, el niño prodigio que a los 3 años ingresó a la universidad y a los 8 a la NASA
La sociedad suele idolatrar la inteligencia y adjudicarle el “sinónimo” de éxito. Las historias de niños prodigio, los rankings de coeficiente intelectual y los titulares sobre “mentes brillantes” refuerzan la idea de que alcanzar el reconocimiento mundial es el destino natural de quienes nacen con habilidades extraordinarias.

Kim Ung-Yong, nacido en Corea del Sur en 1962 y hoy con 63 años, es uno de esos casos. Su nombre aparece en el libro Récord Guinness por tener un coeficiente intelectual (CI) de 210, una cifra que lo colocó desde pequeño en el centro de la atención mediática y científica mundial. Su decisión de renunciar a la fama y elegir una vida común ofrece una lección poderosa sobre libertad, identidad y plenitud.
Talento precoz y colaboración con la NASA
Nueva etapa como educador universitario
Con el tiempo, Kim alcanzó uno de sus objetivos personales: dedicarse a la enseñanza. The Korea Herald informó que fue nombrado profesor a tiempo completo en la Universidad Shinhan, en la provincia de Gyeonggi. Antes de eso, ya había ejercido como docente en Yonsei, Sunkyunkwan y KAIST, tres de las instituciones académicas más prestigiosas de Corea del Sur.