China denuncia supuesta operación de desinformación de EEUU para culparla de ciberataques
China acusó este lunes a EEUU de orquestar una operación de piratería informática a gran escala con el objetivo de desprestigiarla y de justificar la extensión de una vigilancia a gran escala y un aumento del presupuesto para las agencias de inteligencia estadounidenses.
En un informe publicado por el Centro Nacional de Respuesta de Emergencia de Virus Informáticos de China, expuesto hoy en un reportaje de la cadena estatal CCTV, entrevistan a varios de los expertos a cargo de la investigación, que defienden que, para mantener la hegemonía en la red, EEUU exagera la “amenaza de ciberataques chinos”.
La publicación acusa a las agencias estadounidenses, principalmente la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) y la Agencia Central de Inteligencia (CIA), de fabricar pruebas y manipular informes para culpar a Pekín de una serie de ciberataques ficticios.
El análisis, cuyo primer borrador se publicó el pasado 15 de abril, también destaca la participación de empresas de ciberseguridad estadounidenses en la operación, quienes, según las autoridades chinas, habrían actuado bajo presión del Gobierno estadounidense para falsificar evidencias y respaldar la falsa narrativa.
Las autoridades chinas sostienen que el plan, denominado como Volt Typhoon, nombre que según Washington identificaba a la supuesta red de piratería apoyada por Pekín, se desarrolló en varias etapas, comenzando a principios de 2023 con la fabricación de un supuesto grupo.
El gigante asiático defiende que, posteriormente, se crearon incidentes ficticios de ciberataques en bases militares estadounidenses para generar alarma y justificar la solicitud de extensión de la Sección 702 de la Ley de Vigilancia de Inteligencia Extranjera de EEUU.
El informe, en el que también participaron el Laboratorio de Ingeniería para la Prevención y Control de Tecnología de Virus Informáticos del gigante asiático y el grupo de seguridad digital 360, resalta que la fase crítica del plan se desarrolló entre junio de 2023 y enero de 2024, donde se intensificó la campaña de desinformación para intimidar al Congreso estadounidense y asegurar la aprobación de la extensión.